En nuestro mundo existe un frágil equilibrio entre dos polos opuestos Yin y Yang, masculino y femenino, luz y oscuridad. Son indivisibles y completos si están juntos, como las dos caras de una moneda.
La energía masculina, es solar, yang y luminosa, rige el mundo mental de las ideas, es un tipo de fuerza que viene del cielo. Está representada por la hormona testosterona que influye mayormente a los hombres, proporcionando más fortaleza física, voz grave, una respuesta sexual rápida y física y una tendencia a la acción.
Es una energía lineal y directa orientada a la consecución de objetivos y que aumenta con los retos, riesgos y desafíos.
Por el otro lado, la energía femenina es bien diferente, representa la noche con su misterio, la influencia de la luna, la hormona femenina es el estrógeno, que proporciona voz más aguda, respuesta sexual lenta, rica e intensa, sexualidad orientada a lo emocional, y que necesita de relajación.
Es una energía yin que viene de la tierra y se enfoca en los sentimientos, la belleza, el arte y la creatividad.
Merece la pena plantearse si no estamos en este momento de la sociedad en un pequeño o gran exceso de energía masculina yin, y ocultando y reduciendo los efectos de su complementaria yang.
Un buen equilibrio de éstas, será básico para los futuros cambios que están por venir de nuestra sociedad.
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